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Los primeros dragones de la historia

Los primeros dragones de la historia

Al contrario de lo que muchos cree, los primeros dragones de la historia no fueron los de la Edad Media. Y aquí te enseñaremos algunos de los ejemplos de las bestias míticas de la antigüedad.

Algunas veces apareciendo cómo serpientes, otras cómo reptiles alados que protegen grandes tesoros y casi siempre cómo bestias gigantescas con corazas irrompibles, los dragones han estado presentes en la historia de la humanidad, mucho antes incluso de la Edad Media en la que se hicieron bastante populares.

A pesar de que la palabra «Dragón» apareciese en inglés por primera vez en el siglo XIII, ya entrada la Edad Media, los primeros dragones de la historia aparecieron en los primeros asentamientos de la civilización humana, hace cómo mínimo 5 mil años.

Los dragones que "Miran Fijamente"

El primer dragón de la historia

Según explica Heritage Daily, la etimología de «Dragón» proviene del griego antiguo δράκων que literalmente significa «Víbora«, este término proviene del verbo δέρκομαι que literalmente quiere decir «Mirar Fijamente«, por lo que etimológicamente hablando, los dragones son serpientes que fijan la mirada.

Los primeros indicios de estas criaturas se remontan a Mesopotamia (Irak actualmente). En las puertas de Babilonia, la capital, se encuentra la Puerta de Ishtar, en la que hay grabados a los Lamassu, bestias aladas con cuerpo de león y cabeza de hombres barbados, que purificaban a quienes pasaban por su mirada.

Los primeros dragones de la historia egipcia

origen-de-los-dragones egipcios

Paralelamente, los egipcios adoraban a Apep (o Apophis): Una serpiente gigante que le había declarado al guerra al Dios del sol, Ra.

La World History Encyclopedia explica que los egipcios creían que el nacimiento de un nuevo día se formaba a causa de que cada noche, la misión principal de Apophis era perseguir al astro en el cielo para asesinarlo.

Aunque Apophis i los Lamassu tenían funciones religiosas, sociales y políticas muy distintas, sus semejanzas con los dragones son claras. Ambas representaban seres sobrenaturales contra los que los humanos no teníamos posibilidad alguna, ya que con una simple mirada podrían exterminarnos.

Los dragones mucho antes del Medievo

Relieve del dios hindú Indra, montando su elefante de tres cabezas Airavata a través de las olas con genios bailando en el mar, en el tímpano en el templo de Banteay Srei, Angkor, Camboya / Getty Images

La tradición de representar a las serpientes cómo seres de luz o de oscuridad elevados (divinos) se extendió tanto en el oriente cómo en occidente. El mismo Hércules luchó contra la Hidra, la mítica bestia de múltiples cabezas.

En el Hinduismo hay un encuentro similar: En uno de los pasajes de Rigveda (uno de los libros sagrados del Hinduismo) se explica la la batalla milenaria entre la gran serpiente Vritra, demonio de las sequías, contra Indra, el dios del agua y el rayo.

Mientras que en China se utilizaba a la figura del dragón para representar el poder, la fortuna y la protección para la realeza, en el occidente se utilizó la figura del dragón para representar la lucha del bien contra el mal.

La verdad sobre el origen de los dragones

Hoy sabemos que estos restos pertenecen a especies que dominaron el planeta en otra etapa de su historia natural: Los dinosaurios.

Estas bestias míticas, fueron imaginadas por las civilizaciones antiguas al encontrarse con restos fósiles de dinosaurios, los cuales les llevó a imaginar que estos eran seres escupe-fuego que aún existían en la actualidad.

Sin embargo, el imaginario colectivo que civilizaciones pasadas entretejieron dejó a su paso algunas de las mejores batallas mitológicas en la literatura universal.

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