- Paolini, Christopher (Author)
Descripción de los dragones
Los dragones de Eragon, al igual que en muchas otras historias, son seres pensantes, y muchas veces mucho más inteligentes que las demás razas, cómo los humanos, enanos, úrgalos o elfos.
Estos son lagartos gigantes con alas que nunca paran de crecer. Su cuerpo está cubierto por escamas que forman parte de su armadura natural, aunque las alas son más bien aterciopeladas, ya que están formadas por una membrana con miles de huesos y vasos sanguíneos.
Cada dragón tiene su propio color y este varía dependiendo de la zona del cuerpo, por ejemplo en el pecho, las alas o los ojos.
En el último libro publicado «Murtagh» se menciona a un dragón violeta que es «desafortunado», aunque no está muy claro el motivo. Algunos creen que es a causa del daltonismo del autor Christopher Paolini:
A pesar de que en los libros de Eragon no existen los dragones «salvajes» (que no están vinculados a un jinete), ya que básicamente Galvatorix los exterminó a todos. Esto no siempre fue así.
Los dragones «salvajes» creían que los que tenían jinete se habían vuelto dóciles, mientras que los otros creían que los demás se dejaban llevar demasiado por sus impulsos.
Ciclo de Vida de un Dragón
Incubación del Huevo y Eclosión
Cómo todos los dragones, estos nacen de un huevo de dragón, y van creciendo sin límites hasta el resto de la eternidad.
Cuando los dragones aún no se habían vinculado, estos nacían cuando se sentían seguros y había comida disponible, pero después del pacto con los elfos, a los huevos de dragón entregados a estos, se les aplicaba un hechizo para que los dragones del huevo nacieran en el momento en que decidieran vincularse con un jinete (Shur´tugal en el idioma antiguo) cuando esté tocaba el huevo.
Además de esto, a pesar de que el dragón aún no haya nacido, puede «saber» que está ocurriendo a su alrededor, ya que estos no nacen hasta que se sienten seguros, cómo en el inicio de la saga, cuando Saphira nace en cuando Eragon y el huevo están a salvo.
Crecimiento del dragón
El crecimiento de los dragones nunca para hasta que este muere, y al ser estos inmortales (a no ser que alguien los mate, por supuesto) estos pueden llegar a tener tamaños inimaginables.
A partir del mes de edad, ya tienen un tamaño suficiente cómo para ser montados y cómo he comentado, su crecimiento no se detiene. Este además puede ser acelerado a través de magia, cómo en el caso de Espina, el dragón de Murtagh o también el Shruikan, el dragón de Galbatorix. Esta práctica puede generar malestar en los dragones, ya que no están acostumbrados a mover un cuerpo tan grande a su corta edad.
Los dragones más longevos, cuando ya tenían más de un siglo o incluso un milenio, se quedaban en un letargo, pensando y observando su alrededor.
Madurez y Reproducción
A los seis meses de vida, estos ya alcanzaban la madurez sexual y conseguían la capacidad de escupir fuego. Cuando estos deciden reproducirse, las hembras suelen poner varios huevos y entregan a alguno de ellos a los jinetes para que les añadan el hechizo mencionado anteriormente.
Historia de los Dragones de Eragon
Los dragones de Eragon fueron los primeros en las tierras de Alagaësia, y sin duda durante miles de años fueron la especie dominante. Primero aparecieron los enanos, que no se llevaban muy bien con los dragones, y después los elfos, con los que lucharon en la Du Fyrn Skulblaka:
La Guerra de los Dragones (Du Fyrn Skulblaka)
Du Fyrn Skulblaka, cuya traducción del idioma antiguo significa la guerra de los dragones, fue un conflícto en el que murieron miles de elfos y dragones, antes de que estos estuvieran vinculados.
La guerra empezó cuando uno de los primeros elfos, orgullosos por naturaleza, cazó a un dragón para mostrarlo como trofeo. Estos consideraban a los dragones simples animales y los dragones decidieron tomar venganza atacando a los elfos.
Lo que en un inicio fueron batallas en defensa propia, terminó escalando hasta una guerra a gran escala, dónde los elfos crearon las Dauthdaert, unas lanzas mortales para los dragones, con tal de terminar la guerra.
El Nido desparramado y la Guerra de los Huevos Rotos
Uno de los peores sucesos en la guerra fue durante un ataque de los elfos, que atacaron un valle rocoso dónde anidaban los dragones. Los elfos mataron a todos los dragones y rompieron todos los huevos, creando así ríos de sangre en el bosque. Ningún dragón volvió a vivir allí desde entonces.
El fín de la Guerra
Gracias a un joven elfo llamado Eragon, que encontró un huevo de dragón abandonado al cual crío, se forjó la primera unión inseparable entre dragones y elfos. Eragon nombró al dragón como «Bid’Daum» y juntos fueron viajando por el mundo para forjar la paz entre dragones y elfos hasta que se firmaron los tratados de paz.
Los Jinetes de Dragón en sus orígenes
Después de los tratados de paz entre elfos y dragones, se formaron a los primeros jinetes de dragón. Los dragones entregaban algunos huevos para que la orden continuara y experimentaron así un tiempo de paz.
A pesar de que no habían tenido ninguna guerra abierta contra los enanos, estos y los dragones no se llevaban nada bien, por lo que los enanos no entraron en el pacto de paz y por ello no se pudieron convertir en jinetes.
Un tiempo después, los humanos llegaron a Alagaësia, y al demostrar su valía, fueron añadidos al pacto, haciendo que así un humano también pudiese convertirse en jinete de dragón.
La Caída de los Jinetes de Dragón
Durante y después de la rebelión de Galbatorix, los Apóstatas estuvieron exterminando en masa a todos los dragones y en la mayoría de los casos extraían de ellos los Eldunaríes para subyugarlos y obtener así su poder.
¿Qué es un eldunari?
La consciencia de los dragones no solo reside en su cráneo, en su pecho tienen un objeto duro, similar a una joya, a la cual suelen llamar «Corazón de Corazones».
Estos órganos contienen todo el poder y conocimiento del dragón y si el dragón muere, este aún puede «vivir» en él para dar conocimiento y poder a quien lo posea. Estos, son el arma secreta de Galbatorix.
La Cripta y la Nueva Esperanza
La cultura de los dragones quedaron en ruinas después de las masacres perpetuadas por Galbatorix y sus Apóstatas. Los dragones sabían que era inútil intentar hacerle frente en esos momentos, por lo que decidieron crear la Cripta de las Almas en Vroengard, dónde guardaron 200 huevos de dragón y 100 eldunaríes. Con un hechizo no verbal «borraron» el conocimiento del lugar y de su puerta para esperar a que Galbatorix fuera derrotado. Galbatorix pensó que los únicos dragones que quedaban vivos eran el suyo y el de sus apóstatas, además de unos 3 huevos que consiguió robar con tal de tener a tres nuevos jinetes en un futuro, sin saber absolutamente nada de lo que había escondido en Vroengard.
Desde entonces, los eldunaríes escondidos en la cripta de las almas se dedicaron en secreto a contribuir en la caída de Galbatorix. Uno de los ejemplos más claros es el del robo del huevo de Saphira por parte de Arya, que ayudaron al hechizo de esta para que el huevo aparezca junto a Eragon, o durante los sueños de Arya que tuvo él al inicio de la historia, incluso durante el Agaetí Blodhren, cuando Eragon se curó de sus heridas y consiguió aún más poder gracias a ellos.
Dragones de Eragon
Shaphira
La dragona más conocida de las historias de El Legado, pues es la dragona del protagonista Eragon.
Las escamas y los ojos de esta son de un azul zafiro y brillan como estos, mientras que sus talones y los cuernos de la cola, la espalda y del cuero son de un blanco marfil.
Espina / Thorn
Espina es el dragón rojo de Murtagh, este es más joven que Shaphira, pero su cuerpo fue alterado para que sea de mayor tamaño. Al igual que Saphira, este tiene cuernos blancos en la cabeza y demás partes del cuerpo.
Glaedr
Glaedr es el dragón dorado de Oromis, el elfo que entrenó a Eragon. Este es el dragón más longevo visto hasta el momento. Él y Oromis fueron los supervivientes de La Caída, ya que consiguieron escapar de Galbatorix y se escondieron en el bosque élfico de Du Weldenvarden.
Firnen
Firnen es el dragón verde de Arya, es mucho más joven que Shaphira y Espina, ya que fue el último en eclosionar.
Arya llevó al huevo al bosque de Du Weldenvarden para que eligiera un jinete allí, y al ser elegida, ella fue declarada gobernante de los elfos.
Shruikan
Shruikan es el dragón robado y corrompido por Galbatorix. Este era de otro jinete de dragón, que Galbatorix asesinó y utilizando magia negra hechizó el huevo cambiando la mente del dragón para que lo obedeciese a él.
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